Sin embargo, cuando se trata de menores puede estimarse necesario establecer una esfera adicional de protección. La navegación por Internet buscando información resulta una tarea habitual en el ámbito educativo y familiar. En la red se pueden encontrar una inmensa cantidad de contenidos. Algunos de ellos pueden resultar inapropiados para los menores por su propia naturaleza: Imágenes o contenidos violentos, racistas o sexistas. Dé carácter sexual y/o pornográfico. Promoción de la anorexia y la bulimia. Información relativa a drogas, sectas, terrorismo, etc.
En otras puede tratarse simplemente de contenidos no adecuados a su edad y que ellos no son capaces de comprender y que incluso pueden producirles impactos emocionales negativos: violencia, sexo, etc. Resulta obvio que para un adulto el concepto de contenido inapropiado puede variar en función de sus características personales: edad, madurez, cultura, ideología, creencia religiosa, etc. Por este motivo las soluciones técnicas que tratan de garantizar esa navegación segura en menores admiten la personalización de sus distintas opciones para ajustarse a distintos estilos o interpretaciones.
Existen algunas aplicaciones de software para el filtrado de contenidos, el control de aula y el control parental.